Prof. de Educ. Especial en Disc. Intelectuales

La educación especial es un continuo de prestaciones educativas,  constituidos por un conjunto de servicios, técnicas, estrategias, conocimientos y recursos pedagógicos destinados a asegurar un proceso educativo integral flexible y dinámico a personas con necesidades educativas especiales, temporales o permanentes,  a través de organizaciones específicas y apoyos diversificados.
La ley Federal de Educación establece en el capítulo VII, destinado a Regímenes Especiales, las responsabilidades y objetivos de la educación especial.
El artículo 28º expresa que los objetivos de la Educación Especial son:
a)                            Garantizar la atención de las personas con estas necesidades educativas desde el momento de su detección.
b)                            Brindar una formación individualizada, normalizadora e integradora, orientada al desarrollo integral de la persona y a una capacitación laboral que le permita su incorporación al mundo del trabajo y la producción.
En este capitulo también menciona la integración de los alumnos con necesidades educativas especiales a las unidades escolares comunes. (Art. 29º)
Como se ve, la transformación del sistema educativo, requiere de profesionales docentes capacitados para poner en práctica estos objetivos en cualquiera de estos ámbitos de actuación.

 

 

El Acuerdo Marco para la Educación Especial (Consejo Federal de Cultura y Educación, serie A, Nº 19):  generaliza la idea de que «todos los niños deben aprender, siempre que sea posible, en el marco de enseñanza común, independientemente de sus condiciones personales.»
 La inclusividad está sustentada fundamentalmente en una escuela de alta calidad educativa.

 

En esta zona de la provincia no existe un Profesorado destinado a formar profesionales que ejerzan en establecimientos de  Educación Especial.
Las instituciones que atienden a niños y niñas con capacidades diferentes, funcionan generalmente con escaso personal que reúna el perfil profesional.
En las escuelas comunes, no saben que hacer con los chicos que no aprenden y que tampoco tienen una deficiencia psicofísica notable. Estos niños, terminan siendo expulsados o marginados del sistema educativo, por no poder seguir el ritmo de las exigencias.

 

La actual crisis económica acentúa estos problemas. Hace casi imposible que las personas interesadas en esta formación,  puedan trasladarse a los grandes centros de estudios. También los alumnos parecen acentuar sus dificultades de aprendizajes y la adaptación a la cultura escolar.

 

En este contexto, es fácil visualizar las deudas que el Estado tiene para con la educación de muchos niños y jóvenes, y por qué no:  adultos.

 

«… La educación es un proceso humano del que nadie puede ser privado. Distintas teorías ofrecen alternativas de avance hacia una auténtica humanización.
Este proceso implica la interioridad, la trascendencia y la exterioridad asumida como la base para el despliegue de la vida del espíritu. . Base que  constituye la realidad histórico cultural que se fundamenta en valores hacia los cuales el hombre trasciende: Está llamado a elegir su lugar dentro del horizonte de sus posibilidades para pensar y actuar, para juzgar por sí mismo, para comunicarse y trascenderse.
Se concibe la educación como un proceso dialéctico, dinámico por el cual un sujeto en interacción con su medio y en la medida de sus posibilidades, desarrolla las capacidades que le permiten la formación de una personalidad autónoma e integrada activamente en la sociedad y cultura en las que vive.
Partiendo del sustrato antropológico que concibe al hombre como posibilidad que tiene de llegar a ser, el proceso educativo debe ofrecerle propuestas que le permitan poner en práctica la opción por valores superiores, ejerciendo en ello su libertad. Debe cooperar en el desarrollo del conocimiento que lo capacita para abordar la comprensión de la realidad compleja en la que vive y para poder deliberar sobre los modos de intervenir en la misma…»
(de: Lineamientos curriculares de Corrientes para la Formación Docente)

 

El replanteo del conocimiento científico tiene implicancias significativas para la educación.
El planteo de esta propuesta educativa está basado en la intención institucional de abordar el proceso de formación e inserción laboral como un fenómeno en desarrollo y transformación, superando la tradicional dicotomía Teoría – Práctica y la excesiva subordinación al método.
Se adhiere a la Teoría Crítica de la enseñanza «….cuyo objetivo es la búsqueda de la comprensión más consistente de la teoría y la práctica educativa, considerando al enseñante como investigador de su propia práctica.
Se trata de construir una teoría educativa que rechaza las nociones positivistas de racionalidad, objetividad y verdad, y admite la necesidad de utilizar las categorías interpretativas de los docentes.
         En esta línea pedagógica se pretende propiciar una apropiación crítica del saber vinculada no solo a la disponibilidad de información relevante, sino también a la construcción de modalidades específicas de trabajo para la docencia.
Esto implica trabajar con la instrumentación concreta de los docentes con el saber y sobre él poniendo énfasis en la práctica como objeto de análisis.
Abrir líneas de profundización de las temáticas que se traten favoreciendo la reflexión sobre la estructuración de los saberes que se construyen. Avanzar en un conocimiento crítico de la realidad educativa y la práctica docente, proceso en el cual marca una línea de investigación educativa….»